
El gobierno del Presidente Gustavo Petro y la disidencia del Estado Mayor de los Bloques y Frentes (EMBF), bajo el mando de alias Calarcá Córdoba, lograron destrabar las negociaciones al alcanzar seis acuerdos concretos durante su séptimo ciclo de diálogos, celebrado bajo total hermetismo en la inspección de Campo Hermoso, San Vicente del Caguán (Caquetá).
Este avance diplomático, supervisado por las embajadas de Noruega, Irlanda, Suiza y Venezuela como países garantes, se centra en cuatro pilares fundamentales:
El acuerdo llega en un momento crítico, pues la negociación se encontraba estancada. Una de las principales estrategias del gobierno para mostrar resultados, la concentración de frentes en zonas específicas, había sido rechazada por el propio Calarcá Córdoba. A esta complejidad se suman los choques armados en el oriente del país entre el ELN y el Frente 33 (aliado de esta disidencia), así como la guerra en el Guaviare contra la facción de alias Iván Mordisco. En este escenario de tensiones, los acuerdos de Campo Hermoso representan un frágil pero significativo paso adelante en el proceso de paz.






