
El presidente ruso, Vladímir Putin, ha declarado que su país está dispuesto a mostrar “flexibilidad” y aceptar el plan de paz para Ucrania propuesto por Donald Trump. Sin embargo, en la misma declaración, acusó a Kiev y a sus aliados europeos de vivir en un “mundo de ilusiones” al rechazar la propuesta, responsabilizándolos del bloqueo en las negociaciones. Esta postura se alinea con la presión ejercida días atrás por el propio Trump sobre el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, a quien exigió aceptar el plan o “seguir luchando”.
Negociaciones en secreto y un plan “actualizado”
Putin reveló este viernes que el plan, cuyos 28 puntos se filtraron esta semana, fue discutido de manera preliminar antes de la reciente reunión en Alaska entre delegaciones de Rusia y EE.UU. “El objetivo principal de la reunión en Alaska era confirmar que […] estamos dispuestos a mostrar la flexibilidad que se nos propone”, afirmó el mandatario. Según su versión, fue la negativa ucraniana lo que llevó a una “pausa” y a la creación de una “nueva versión” del plan, que Moscú afirma tener y estar analizando para un posible acuerdo definitivo.
La advertencia con el frente de fondo
El líder ruso utilizó el avance militar de sus tropas, como la toma de la ciudad clave de Kupiansk, para reforzar su posición. Advirtió que si Kiev se niega a discutir las propuestas, “los sucesos ocurridos en Kupiansk se repetirán inevitablemente”. Esta advertencia subraya la creciente presión sobre Ucrania, atrapada entre un socio clave que impulsa un plan con concesiones dolorosas y un enemigo que avanza en el campo de batalla.
Un callejón sin salida diplomático
La posición de Putin contrasta con la realidad expresada por Zelenski, quien calificó el plan de enfrentar a Ucrania a una elección entre “la pérdida de dignidad o el riesgo de perder a un socio clave”. Además, medios como Bloomberg han reportado que los principales aliados europeos de Kiev se han alineado con Zelenski para rechazar puntos clave de la propuesta. Este escenario pinta un panorama complejo: mientras Washington y Moscú parecen converger en un borrador de acuerdo, la parte directamente afectada, Ucrania, y sus apoyos en Europa se resisten, profundizando el impasse mientras el conflicto armado continúa.






